Recientemente, en una de mis restauraciones encontré un pequeño tesoro artístico e histórico detrás de una de las obras de Emili Vilà. Pero antes de explicarlo, quiero introducir a este autor poco conocido, pero no por ello menos importante en cuanto a técnica y calidad de su obra.
¿Quién fue Emili Vilà?
Emili Vilà (1887-1967) fue un talentoso fotógrafo, pintor, dibujante y cartelista originario de Llagostera, Cataluña, que dejó un legado maravilloso en el mundo del arte y la publicidad durante la primera mitad del siglo XX.
Fue verdaderamente un artista multifacético. Inició sus estudios en la escuela de Bellas Artes en Llagostera y posteriormente se trasladó a la ciudad de Barcelona en 1902, donde continuó su formación en la academia Baixas. En 1906, se trasladó con su familia a Francia, donde Emili Vilà comenzó a realizar dibujos y se convirtió en uno de los cartelistas más destacados de París. Trabajó para renombradas empresas cinematográficas, incluyendo Gaumont, Pathé, Galeries Barbés y Monat Films.
Su carrera en la creación de carteles publicitarios comenzó en 1910 y se fue haciendo cada vez más conocido a medida que avanzaba la década de los años veinte. Finalmente, fue condecorado como «Caballero de la Legión de Honor» y galardonado con la «Cruz del Artista Francés». En 1925, obtuvo cuatro medallas en la «Exposition des Arts Décoratifs».
El talento artístico de Vilà no se limitó a los dibujos publicitarios. También se dedicó a pintar retratos de personajes ilustres y paisajes que capturaron la esencia de la Costa Brava.
En 1941, Emili Vilà regresó definitivamente a Llagostera, donde pintó paisajes de la Costa Brava y realizó algunas exposiciones. Para aquellos interesados en explorar más sobre su obra y su vida, existe una colección de sus obras en el Museu Emili Vilà en Llagostera.
El cartel oculto de Emili Vilà
Recientemente, tuve la oportunidad de restaurar una colección privada de obras de Emili Vilà, en su mayoría retratos.
Durante el proceso de restauración de una de sus obras, encontré un pequeño tesoro artístico e histórico adicional detrás de un retrato. Este hallazgo sorprendente despertó mi interés por profundizar en el estudio de su obra.
El descubrimiento se produjo al inicio de la restauración de un retrato realizado con pastel y lápices en el año 1942, durante lo que se considera la segunda etapa artística del autor (entre 1935-1945).
Es importante destacar que, antes de emprender cualquier proceso de restauración, se tomaron medidas y fotografías iniciales para documentar el estado de conservación tanto del cuadro en su conjunto como de su enmarcado. Luego, el cuadro se desmontó del marco para llevar a cabo la restauración.
El cuadro en cuestión era un retrato sobre un papel grueso de dimensiones 60 x 47 cm.
Al desmontar el cuadro y levantar la parte trasera, surgió de manera sorprendente un delicado retrato con un estilo similar al de un cartel, representando a una mujer mirándose al espejo.
Este dibujo estaba firmado por el mismo autor, pero había sido creado años antes, en 1935.
Este cartel, que había permanecido oculto durante décadas, fue pintado al final de lo que se considera la primera etapa de su obra.
Emili Vilà había utilizado el reverso del papel de su cartel para pintar un nuevo retrato, esta vez más detallado y con un estilo totalmente diferente.
En el momento en que pintó el retrato de 1942, Vilà ya había regresado a Llagostera, en una época en la que tanto la política en España había experimentado cambios como el propio bienestar económico del artista.
Las razones por las cuales Vilà eligió utilizar un dibujo de un cartel para crear una nueva obra en el reverso del papel son enigmáticas y abiertas a la especulación. ¿Fue debido a cuestiones de censura, problemas económicos o motivaciones personales? La respuesta permanece en el misterio de la historia de este destacado artista.
La tercera etapa del autor
Como mencioné anteriormente, la obra de Emili Vilà se divide en tres grandes etapas:
La primera etapa, que abarca desde 1905 hasta 1935, se caracteriza por la predominancia de los carteles publicitarios y los retratos. A diferencia de otros cartelistas de la época, Vilà no se limitaba a reproducir fielmente las fotografías que tomaba, sino que seleccionaba elementos compositivos específicos, como gestos y posturas, que le interesaban para plasmar en los carteles lo que quería expresar. Sus carteles se convirtieron en reclamos publicitarios altamente efectivos, seduciendo a los compradores y estimulando el consumo de los productos anunciados.
La segunda gran etapa, que se extiende de 1935 a 1945, se dedica a la pintura de paisajes marítimos, con la Costa Brava como su escenario principal. En esta fase, Vilà inmortaliza paisajes de la época y las costumbres de la región.
La tercera y última etapa de su obra coincide con un período de bienestar para el autor.
En esta etapa, Vilà se dedica a pintar escenas realistas en las que sus modelos suelen ser gitanas o jóvenes alegres y espontáneas.
En esta época, el autor utiliza colores pálidos, con un predominio de ocres, marrones y azules en sus obras
Detalle de la restauración de un retrato de Emili Vilà (1941), perteneciente a su última época.
El papel sufrió daños causados por lepismas. En la imagen de la izquierda, se aprecia la pérdida puntual de la capa de color. La parte derecha de la imagen muestra el resultado tras la restauración.