Este verano tuve la oportunidad de visitar la obra La materia del tiempo de Richard Serra. Este autor, nacido en Estados Unidos en el año 1939, es un escultor minimalista hijo de padre mallorquín.
Su obra es tan grande como impactante. Está situada en la sala más grande del museo Guggenheim de Bilbao. Está compuesta por ocho esculturas formadas por planchas gruesas de acero. Con el paso del tiempo la obra adquiere una pátina natural, de color rojizo, que le protege de la corrosión.
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Conjunto escultórico la Materia del Tiempo (Museo Guggenheim)
La materia del tiempo es un monumento escultórico, que nos permite sentir el movimiento dentro del espacio, y un lugar donde el espectador deja de serlo para convertirse, en cierta manera, en parte integrante de la obra, experimentando la escultura en su forma más esencial. Para ello solo es necesario pasearse entre las impresionantes láminas de acero que se mantienen en equilibrio desafiando la gravedad. La obra va descubriéndose y, a su vez, el observador experimenta desde su propia percepción espacio-temporal su movimiento, sus límites, su velocidad.
Poco a poco se va rompiendo con la concepción de ritmo y linealidad del tiempo que se transforma alargándose, deteniéndose, fragmentándose, comprimiéndose o apareciendo de manera circular regresándonos al origen.
Una experiencia estética y emocional muy recomendable.
