La restauración y la conservación de obras de arte
Conservación y restauración de obras de arte, dos palabras que van juntas pero tienen un significado diferente.
La conservación es el conjunto de intervenciones que se efectúan para garantizar la perdurabilidad de la obra de arte a través del tiempo.
Los procesos de conservación se pueden realizar interviniendo directamente sobre la obra o modificando los parámetros ambientales. La desinfección, la fijación de la capa pictórica son tratamientos donde se interviene directamente sobre la obra, mientras que el control de humedad y temperatura ambiental son tratamientos de conservación que afectan al medio donde se encuentra ubicada.
La restauración hace referencia a todas aquellas intervenciones directas necesarias para devolver la lectura y el valor estético a la obra. La sustitución de un barniz oxidado, la eliminación de repintes y el retoque son procesos de restauración.
El trabajo de un conservador y restaurador de arte consiste, en primer lugar, en frenar el proceso de degradación de la obra y, en segundo lugar, en devolver a la obra su valor estético. Todo trabajo de restauración de pinturas sigue unas pautas que se pueden resumir en dos fases: una primera fase de conservación (1 – 4) y una segunda fase de restauración (5 – 7).
FASES DE ACTUACIÓN SOBRE UNA PINTURA DETERIORADA
Estudio de la obra, que incluye observación con diversas iluminaciones y análisis físico-químicos
Protección de las capas en degradación, por ejemplo la protección de una capa pictórica
Intervención sobre el soporte, consolidación, desinfección, …
Consolidación de las capas de preparación y pictórica
Limpieza de la capa pictórica
Reintegración volumétrica, retoque pictórico, …
Barnizado de protección
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